El relato del héroe que tiene que rescatar a la damisela en peligro me recuerda dos historias: a Mario corriendo por diversos mundos para rescatar a la princesa Peach y a Master Chief pateando traseros para salvar a Cortana en Halo 3. Y es que, este es un tema que se ha abordado en muchísimas ocasiones desde que somos capaces de crear historias de ficción. Y, a pesar de ser un tema tan abordado, podemos decir que aún es posible innovar en este aspecto. Por ejemplo, Fat Princess (PSN) aborda el mismo tema, pero lo hace con cierto encanto cómico: rescatar a la princesa no es nada fácil, pues el enemigo se encarga de engordarla tanto para que sea difícil de transportar. Esto me permite concluir que se puede ser original (en los videojuegos), pero no completamente. No completamente debido a que la industria de este medio evita el riesgo.

En los videojuegos ¿la originalidad se está extinguiendo? En los últimos años hemos visto un sinfín de juegos que se repiten a sí mismos. La misma fórmula usada una y otra vez. A veces, meras copias. Otras tantas, ecos de una tradición ya arraigada. Y no es que este sea un “mal” propio de los videojuegos. Pues podemos observar en distintos medios que la originalidad es un tópico cada vez más escaso.

En la industria de los videojuegos la originalidad obedece a un principio básico: los intereses de unos cuantos, los inversionistas que esperan que su producto se venda. Hacer un videojuego no es algo muy barato que digamos por lo que, los publishers y developers, no se arriesgan a innovar o experimentar con un producto que quizá no se venda. En lugar de eso deciden seguir una fórmula, van a la segura.

New super mario bros wii

Por eso es que podemos encontrar en el mercado infinidad de Shooters (muchos de ellos genéricos y otros pocos muy buenos). Y es inevitable comparar juegos como Dante´s Inferno, God of War, Bayonetta, Devil May Cry, etc. Pues es innegable que hay influencia entre ellos y que obedecen a una fórmula que, en los últimos años, ha funcionado. Sin embargo, y pese a todo esto, existe en los videojuegos —como en todo proceso creativo —cierta dosis de creatividad. Es decir, a pesar de haber abordado los temas más comunes un sinnúmero de veces, aún formas o puntos de vista diferentes. Por ejemplo, el caso de Dante´s Inferno es interesante, porque a pesar de que es un tributo a una obra de la literatura universal, lo hace a su manera. Cambiando todo lo que tenga que ser cambiado para que el juego funcione y mostrándonos la versión de los desarrolladores del infierno de Dante.

Y aunque la industria misma frena los procesos creativos de los desarrolladores. Ellos siempre están luchando contra eso. Y gracias a ello podemos encontrar en el mercado juegos que se han aventurado dentro de los terrenos de la novedad. Ejemplos recientes son Scribblenauts (juego de puzzle donde tenemos que escribir el nombre del objeto con el cual solucionarlo) y Mirror’s Edge (juego en primera persona que no es Shooter). Aunque, sin duda, un excelente ejemplo de esto es Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots, donde Hideo Kojima (escritor, productor y director) se las arregló para —a pesar de tener en las manos uno de los juegos más importantes de Sony —entregar un producto a su gusto donde, dicho sea de paso, critica fuertemente a la industria de los videojuegos.

Call of Duty Modern Warfare 2

¿La originalidad se está extinguiendo en lo videojuegos? La respuesta corta es no. Aunque eso sí, esto aún depende mucho de los procesos de producción con los que se desarrollan los videojuegos. Pues, desgraciadamente, la industria de los videojuegos tiene fines muy diferentes a la creatividad y originalidad. Fines que son muy comprensibles, pues son empresas que, antes de hacer juegos, hacen dinero.