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Mientras que Nintendo tiene un mercado explícito al que desea apelar y en el que no posee competencia alguna (ya sea para bien o para mal), la disputa entre Sony y Microsoft es la que tiene los reflectores en estos momentos, pues ambas compañías poseen bastantes similitudes en lo que a su funcionamiento se refiere y son en realidad los pequeños detalles los que harán que los consumidores se inclinen por su plataforma. Acorde a Eric Hirshberg (líder de Activision Publishing), Sony tiene una ventaja de grandes magnitudes al momento sobre Microsoft y su Xbox One, pues además de tener al público gamer en general por el momento gracias a su excelente estrategia de presentación en E3 2013, existe la cuestión del precio, situación que para toda persona que no busque ahondar en detalles y capacidades de ambos dispositivos resulta crucial a la hora de hacer una elección.

“Si haces un grupo focal de mucha gente y les muestras 2 precios para 2 productos competitivos, 100% siempre se irá por el precio más bajo […] Pienso que, de primera instancia, la ventaja es para Sony, al menos desde la perspectiva del precio. Microsoft va a tener que ganarse los corazones y convencer a la gente de que el precio más alto vale la pena, y que realmente aporta capacidades significativas para los consumidores. Y es un juego largo, así que estoy seguro de que eso es lo que tratarán de hacer”

Lo que comenta Hirshberg tiene en realidad mucho sentido, pues si bien por el momento la batalla se encuentra cerrada en el aspecto de las preventas, una vez en el mercado esos $100 dólares de diferencia podrían significar demasiado teniendo en consideración las capacidades de ambos dispositivos, aunque la decisión final recae en Microsoft, pues si logra convencer al consumidor de que el sensor Kinect en realidad vale la inversión y no se trata solo de una cámara que permite controlar la interfaz mediante movimiento (como ocurre a la fecha),  efectivamente el usuario verá con mejores ojos la oferta de Xbox One sin importar el detalle económico.

Por el momento, Microsoft ha tomado una serie de (aparentemente) equivocas decisiones que le han costado una mala recepción por parte del público, entre ellas un DRM del que jamás supieron explicar el porqué de su existencia y una compleja mecánica para el intercambio de juegos usados que de igual forma jamás se le detalló al usuario, las anteriores medidas ya han sido canceladas para Xbox One, haciendo que la plataforma funcione de forma similar a como lo hace Xbox 360 ahora. Será cuestión de esperar a futura información por parte de Microsoft para conocer la estrategia a seguir, pues los $100 dólares adicionales en el costo de Xbox One son consecuencia de la integración de Kinect, dispositivo que a la fecha solo tiene 2 títulos confirmados para su provecho (Kinect Rivals y Proyect Spark) y no ha demostrado su valía al consumidor.